jueves, 19 de marzo de 2009

Noches de zapallitos a fuego lento


Las noches de zapallitos tienen algo. Es uno de los misterios que pre-ocupa a esta individual humanidad. En verdad, no le pre-ocupa, mas bien le ocupa el tiempo de disfrutar esa sensación mezcla de sorpresa, mezcla de alegría adrenalitica. Simplemente, porque lo sabe. Porque lo comprueba una vez mas, y no es casualidad que las noches de zapallitos tengan algo. Es la noche mas cercana al estado de permanencia que busca adoptar.
Quizás se le ocurra una poesía:

"Constituyen estados
como se fundan ciudades con naipes marcados
por jugadores compulsivos
estados civiles
estados de animo
estados unidos.

Los contemplan para encontrar el ángulo
para hacer caer
de un suspiro
la carta que pierda el equilibrio"

O quizás baile jazz, exageradamente desnuda, frente a su propia imagen. Para sentirse hoja jugando con el viento. Para permitirse asegurarse, que ese envase, responde solo a las ordenes que se le dicten.
Es un atropello a la forma mas elevada de perder las formas. De que la humanidad pierda la propia, la que viene modelando con músculos tensos para no desentonar con el entorno.
Entorno, sea cual sea, que se inventa de entre toda esa sucesión infinita de instantes, paisajes, objetos y sujetos.
Noches de zapallitos y viento abrazable. De aire espeso y brindis frente al espejo.



5 comentarios:

Anónimo dijo...

Salud!

Nico.

Miganel dijo...

Espléndido texto!! Me gustó mucho!

Saludos desde Irlhadia!

Mona lisa dijo...

Nico, nunca entendi mucho eso de porque se desea salud justo antes de empezar uno a emborracharse...

Beeril: Muchas gracias por adentrarte en la burbuja! Nos estamos leyendo! Saludos!

Lelé dijo...

¿Y qué va primero? ¿La adrenalina o los zapallitos?

Mona lisa dijo...

Los zapallitos, sin lugar a dudas.