jueves, 17 de enero de 2008

Mentirosa soledad

Descontento generalizado en todo su estado de ánimo y en todo su cuerpo y mente. Cuando algo se le escapa del entendimiento Elena no controla ni sus hormonas ni sus puteadas.
- Te la pasas reclamando cosas que después no sabés como devolver!!! Porqué no ordenás un poquito tu discurso en relación a tus actos y me dejas de romper las pelotas???!!!
Y mientras él se aleja y ella se queda, con un espacio de nueve horas que los está por separar, su cabeza hierve en las ganas de romper todo lo que se le cruce por delante.
Entonces recapacita, y cree que empieza a calmarse. Desayuna, se lava los dientes, se saca el camisón floreado que tan feo le queda y para sus adentros disfruta de las horas de soledad y dedicación propia que la separan del desgraciado.

1 comentario:

Lelé dijo...

Pobre Elena, tan desdichada, tan loquita. Decí que a nosotros no nos pasa lo mismo, menos mal. A esas trastornadas habría que erradicarlas. De dónde mierda habrán salido?
Amiga, que lejos estamos de todo eso... Cuán agradecidas deberíamos estar de nuestra tan noble estirpe. Beso grande!!